sexta-feira, 11 de maio de 2012




Para o Dr. Artur Sá da Costa, com um apertado e já saudoso abraço!


Luis Morote






Estive a reler o catálogo da exposição documental - "Bernardino Machado: afectos e cumplicidades", bela publicação editada em 2005 pela Câmara Municipal de Vila Nova de Famalicão/Museu Bernardino Machado, quando das comemorações de 800 anos de atribuição do Foral de D. Sancho I, dos 170 anos de fundação do concelho e dos 20 anos de elevação de Vila Nova de Famalicão.
Reproduzo do catálogo as duas interessantes cartas de Bernardo Pindela (Conde de Arnoso) para Bernardino Machado.
Encontrei a entrevista que Luis Morote fez a D. Carlos, no sítio da Hemeroteca Digital-Biblioteca Nacional (Espanha) - aqui . O texto da entrevista ocupa quase toda a primeira página do Heraldo de Madrid de 29 de Agosto de 1904, e esclarece-nos como Luis Morote a conseguiu e a forma como decorreu.








Conde Arnoso





Real Paço da Pena, 25 de Agosto 904

Querido Bernardino
S.M. El-Rei, meu Augusto Amo, recebe amanhã,
como desejas, o teu amigo D. Luis Morote.
Ainda bem, nem outra cousa podia acontecer,
que levaste de d'El-Rei as melhores recordações.
Cautela não te façam alguma busca e os
correligionários te não vão dar por suspeito.
Sempre teu velho e g.to am.o
Bernardo





Real Cidadela de Cascais, 21 Dez. 1904

Querido Bernardino

Faz-me gosto ver que nunca me esqueces, nem
quando pontificas com os olhos postos  no teu
novo ideal.
Sempre teu do c(oração)
Bernardo






El miércoles pasado, volviendo de Monte-Estoril a Lisboa, en el coche presidencial, con el presidente del Consejo y el Ministro de Marina y Ultramar, me dijo el Sr. Hintze Ribeiro: - Apresente usted sus gestiones; dese usted prisa, si quiere ver el Rey D. Carlos. El Rey está en Mafra; irá en la sexta feira (el viernes) a Lisboa, y después de despachar la assignatura regia, tiene que partir en el mismo dia. Ya no regresserá hasta el ocho de Septiembre…
El jueves, en el primer rápido que sale para Cascaes, me encaminaba yo en busca del secretario del Rey, señor conde d’ Arnoso. No han de presumir mis lectores, por mucho que discurran, qué talismán me abrió las puertas de la amistad en el ánimo del muy simpático conde. El hecho es elocuentemente demonstrativo del gran adelanto en los costumbres de Portugal, de como los partidos, sin menoscubro de sus convicciones, lucham por las ideas com energia: pero en palenque noble, cortés y altamente civilizador.
Mi carta de presentación para el conde d’Arnoso era del doctor Bernardino Machado, el republicano de más fusto y de mayor representación hoy en Portugal y en esa carta me recomendaba en términos laudatórios para el Heraldo y para mi, solicitando la entrevista mia com el Rey, diciendo de D. Carlos cosas sumamente amables, no en tono cortesano, naturalmente; pero sí de un amigo que siente verse privado do tratar al que contnúa apreciando, no obstante los abismos de la posicion y de los ideales.
En eso iba yo pensando, en el grado de civilización y de cultura que eso hecho elocuente atestigua, cuando en Monte-Estoril subió al mismo vagón el ministro de España. Iba el Sr. Polo de Bernabé á procurarme la audiência, y no le agradeceré nunca bastante al distinguido diplomático el interés verdadero, el empeño vehementisimo, com que tomo mi causa. El êxito fué completo, y eso que la empresa no era fácil, pues el Rey D. Carlos se há negado siempre á recibir periodistas de otros países. Cien vezes se estrellaram contra su negativa los corresponsales extranjeros, franceses, ingleses, yanquis. Y se explica muy bien la resistência, dados sus deberes de Monarca constitucional, al que se le pretendia confesar sobre politica. De politica no habla ni en Palácio ni en la intimidad. Los ministros gobiernan hasta que llega el caso de ejercitar el Poder moderador.
Y bendecia yo la feliz circunstancia de que el Sr. Polo de Bernabé no se haya marchado aún á su nueva Embajada en el Quirinal. Em Roma, solitária, desierta en estes meses, no tendria à quien presentar sus credenciais, y en cambio aqui presta eminentes servicios – no habla solo mi egoísmo y mi agradecimiento -, terminado asuntos pendientes, de verdadera utilidad á nuestra pátria.
Hablando hablando com el ministro de España. Llegamos á la lindísima mansión, de puro eestilo português, hecha por el mismo, puesto que es notabilisimo ingeniero militar, el conde d’ Arnoso. El secretario del Rey tiene lo que en terminos vulgares, pero muy castizos y españoles, se llama angel. Nos hablamos, previa la entrega de la carta de Machado, cual si nos hubieramos connocido toda la vida.
El conde d’ Arnoso subió á su coche; se dirigió á Cintra; habló com el Rey, Antes de llegar yo á Lisboa ténia un telegrama en que el Sr. Polo de Bernabé me decia: “ Su Majesta el Rey le recibirá el viernes, á la una de la tarde, en el palácio das Necessidades. Pregunte usted por el conde d’ Arnoso, que hará la presentación.”
Y ninguna formalidad ni sollennidad más. Quién habla de etiqueta, de difícil acceso á la câmara regia? Ni más ni menos que si el Paço das Necessidades fuese la Casa Blanca. Asi, y no com tanta rapidez, vi el 97 á Mac-Kiney, en su residência de Washington.

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Y como yo no he hablado com el Rey de politica – me lo vedaba su terminante y enérgica prohibición en casos anteriores y com otros corresponsalos -, no puedo juzgar al politico que encarna y representa todo jefe de Estado, qualquiera que sean las ficciones constitucionales. Queda eso al fallo de la nación y de la prosteridad, diciendo com timidez mi parecer en dos palabras: seria injusto atribuir a un Monarca en el regímen representativo tan decisivo papel como le atrbuyen amigos y adversários, ya sea para el bien, ya sea para el mal.
En esta entrevista he presentado al hombre, a D. Carlos, que es un Rey de afecto, de cordialidad, de simpatia, de sugestión. Eso le reconecen todos, eso lo expresó en su carta el doctor Bernardino Machado.

Luis Morote

1 comentário:

Anónimo disse...

Caro amigo Dr. Sá Marques,
Estamos sempre a aprender consigo. Pelo exemplo de persistência que nos dá e pelas descobertas que todos os dias faz. Desta vez preencheu uma lacuna que ficou quando se organizou a exposição “bernardino machado, afectos e cumplicidades” (2005); e ampliou os nossos conhecimentos sobre Luis Morote .
Parabéns e obrigado.
Um abraço,
Artur Sá da Costa